Tras decretar el fin de la emergencia sanitaria, la crisis de la Salud Pública está afectando a muchos países neoliberales . La sobre explotación de los funcionarios de salud, despidos masivos y su abandono ante el daño físico y mental al que han sido sometidos en la pandemia; la precarización de la atención al público, con menos personal del necesario en relación al número de habitantes, la reducción de horarios de servicio para no contratar más equipos sanitarios, la instalación de la telemedicina como subterfugio, todo con miras a justificar y alentar la privatización de la Salud (siempre presentada como "solución") se repiten en el globo.
Y en la capital de España, ya no se soportó más. Cientos de miles de personas salieron a las calles de Madrid este domingo 13 de noviembre, en una marcha considerada histórica, para exigir Salud "100% Pública, Universal y de Calidad" y específicamente contra lo que se consideró un plan para destruir la Atención Primaria por parte del gobierno madrileño.
La línea base es muy distinta a la de Chile. La ciudadanía de Madrid repudió el proyecto de instalar lo que en nuestro país ya está normalizado: falta de inversión en salud pública, que redunda en atenciones limitadas a media jornada (versus la de 24 horas que tienen en España) ; falta de personal y sobrecarga de consultas (con 50, 60 o más consultas diarias a cargo de un mismo equipo); falta de insumos y recursos necesarios para atender e inacción de las autoridades frente al caos que provocan sus decisiones, como crisis de pánico en el personal de salud y arranques de violencia en pacientes que se sienten humillados y desprotegidos.
Con motivo de la masiva movilización, la privatización de la Salud en América Latina como ejemplo de lo que se pretende evitar, fue comentada por la periodista Inna Afinogenova en el programa español La Base:
"La OMS estableció que para que un sistema sanitario público sea eficaz los gobiernos deberían invertir al menos el 7% del PIB del país, sobraría aclarar que la aplastante mayoría de los países de América Latina no llega a ese umbral, por ello según la OPS el 30% de la población de América Latina y El Caribe no tienen acceso a la Salud Pública gratuita (200 millones de personas) así que si llegan a enfermar deberán cubrir los gastos con sus ahorros si es que los tienen, recuerden que hablamos también de uno de los continentes más desiguales del mundo, y si no tienen la alternativa ya sabéis cuál es."
Como en la sanidad pública no se invierte lo suficiente la percepción popular es que es un servicio para pobres: limitado, desbordado, ineficiente. Si perteneces a la clase media alta pagas la (salud) privada, por lo que no hay consenso social sobre la necesidad de invertir en lo público. Si tengo dinero, me pago lo mío. Un modelo sanitario que refleja y refuerza aún más la desigualdad.
Según datos de The New York Times la sanidad privada en Latinoamérica mueve unos US$200 mil millones y cuenta con un respaldo político importante y los seguros privados no invierten en Atención Primaria, con todas las consecuencias que eso conlleva, no se integran con el sector público manteniendo a los ricos alejados de los pobres y tienen un coste muy elevado. Denunciaba hace algunos años la directora de la OPS que el alto coste de un seguro médico, que no permite acceder a un servicio sanitario a esas casi 200 millones de personas, provoca por ejemplo, unas altísimas tasas de muertes de madres en el parto, sobretodo en zonas rurales y pobres. Mujeres que no pudieron llegar al hospital a tiempo porque está lejos, porque el médico no las contactó o porque no tenían dinero".
De acuerdo a los datos presentados por Afinogenova, los únicos tres países latinoamericanos que sí invierten en Salud Pública el porcentaje mínimo del PIB recomendado por la OMS, o sobre él, son: Cuba, Costa Rica y Uruguay.
Recomendamos ver el capítulo La Marea Blanca rompe la agenda mediática de La Base completo:
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