Pablo Tsukayama: El Salto Evolutivo de Ómicron

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“Las presiones evolutivas cambian en el tiempo y no son las mismas en distintos países y distintas regiones del mundo. Claramente las variantes que habían aparecido hasta el año pasado evolucionaron se optimizaron en cuanto a alcanzar una mayor transmisibilidad. Y con la variante Delta pareciera que se está llegando al límite de la transmisibilidad biológicamente posible", dijo el Doctor en Microbiología Molecular Pablo Tsukayama en Las Decisiones Cuentan para explicar cómo nacen las variantes hiper-mutantes y el cambio evolutivo que representa Ómicron.


Según el experto que lideró el equipo que detectó la variante andina Lambda, estas presiones evolutivas son las que determinan la selección de mutaciones que el virus elige para asegurar su sobrevivencia.

"Las presiones evolutivas en 2021 en el virus SARS-CoV-2 han ido cambiando en la medida en que un mayor porcentaje de la población ya se ha infectado y, aparentemente, sería inmune a una nueva infección. Además ha habido un crecimiento muy acelerado de la vacunación. 

Eso tarde o temprano va a imponer una presión sobre el virus y entonces tal vez ya no busque ser más transmisible sino que el virus puede evolucionar hacia formas que escape de la neutralización de los anticuerpos y permita re-infectar a personas que ya no eran susceptibles". 


Y aclaró:


Por ahora es una hipótesis. Pero es muy probable que el virus empiece a mutar en esa dirección. De hecho quizás eso es lo que estamos empezando a ver con Ómicron”.


Para Tsukayama el alto número de mutaciones que tiene Ómicron, parece indicar que su evolución no es sólo consecuencia del proceso acumulativo y gradual de mutaciones visto en las anteriores variantes y que se provoca cuando hay una alta circulación del virus en la población.


En el caso de Ómicron, existen otras dos teorías que se barajan: que sea resultado de contagio cruzado entre humanos y animales o que haya surgido del contagio en personas inmunosuprimidas.


“Se sabe que el virus SARS-CoV-2 se ha originado en mamíferos probablemente los murciélagos, saltando a un animal intermedio y de ahí al humano. En este salto de especies animales también se imponen nuevas presiones evolutivas y se ha visto que el virus comienza a desarrollar nuevas mutaciones. 


"A lo largo de la pandemia se han visto también casos en reversa. Humanos también han contagiado a animales casos más notorios en animales domésticos como gatos y perros y ha habido brotes visones, que me parece que son animales cuya piel es muy valiosa. En el salto de humanos a visones se ha visto que se ha acumulado una cantidad de mutaciones muy interesantes y tienen mucho en común con las mutaciones que presentan las variantes de preocupación”.


La segunda opción se relaciona con la alta población de personas portadoras de VIH en África subsahariana.


“En un sistema inmune competente, que funciona, se logra controlar y eliminar el virus del cuerpo en unas dos o tres semanas. Sin embargo hay poblaciones donde se ha demostrado que cuando el sistema inmune no funciona bien - inmunosuprimidos por quimioterapias, leucemias o por infección por VIH - el virus es capaz de quedarse en el organismo por hasta cinco meses, y en ese proceso convive con el sistema inmune y se ha visto que entonces comienza a desarrollar mutaciones.


“Y llama mucho la atención que la detección temprana ocurre en Sudáfrica en particular. Si bien no se sabe con exactitud, hay una correlación que llama mucho la atención y es que Sudáfrica y África Subsahariana en general, tienen las tasas de infección VIH más altas del mundo. Casi el 20% de su población vive con VIH. La posibilidad de que el virus haya infectado a población inmune suprimida, haya evolucionado dentro de estas personas y luego haya sido liberado en la población en general, ha tomado mucha fuerza ahora".


Si esta última teoría fuera el origen de Ómicron, también se relacionaría con la posibilidad de que su evolución signifique evadir la inmunidad adquirida por infecciones previas o por vacunación.


“Según algunos estimados la epidemia en África ha sido tan severa que casi toda población ya ha resultado expuesta.  En Sudáfrica alrededor de los 80 o 90% de la población infectada. Entonces lo que el virus va a buscar es como infectar a población ya inmunizada. 


"Ante la cantidad de cambios que estamos viendo sobre toda la proteína Espiga es probable que esa sea una de las presiones que cobra importancia aquí porque el virus está buscando la forma de re-infectar a personas que ya estaban inmunizadas. Mucho se especula y vamos a tener datos en las próximas semanas deber cuál es la capacidad de escape ante la protección obtenida por las vacunas o por una infección previa".


Sin embargo, aunque ello ocurra,  el experto en microbiología molecular destacó que las vacunas continuarán prestando una importante protección.


 “Es muy poco probable que de la noche a la mañana aparezca una nueva forma de virus que va a dar por completo las vacunas. Esto es un proceso gradual justamente porque la respuesta del sistema inmune no va dirigida a una sola parte, es policlonal, ataca distintas partes del virus con distintas poblaciones de anticuerpos. 


Tal vez tengamos una pérdida de la eficacia en el mundo real de 10, 20 o 30% pero las vacunas van a seguir funcionando. Y ahí va a ser clave el rol de las dosis de refuerzo pues elevan la capacidad de respuesta. Entonces no todo está perdido, incluso en el escenario más terrible en que se vea una pérdida de la eficacia de las vacunas. Por supuesto hay un reto logístico enorme, pero en la teoría podemos responder ante la evolución del virus con vacunas 2.0 o 3.0 o lo que nos toque en los siguientes meses".


Por ahora recalcó la historia historia de Ómicron es muy reciente y aún no se terminan de conocer cuáles son sus características. 


"Probablemente sea más transmisible, virulencia no sabemos, evasión de la respuesta inmune puede que ocurra, pero no lo sabemos". 


Por ahora, dice, pese a sus mutaciones, Ómicron sigue siendo el mismo virus.


"Porque se sigue comportando y transmitiendo por la misma vía y sigue causando el mismo cuadro clínico que llamamos COVID-19. Si presentara por ejemplo afinidad con un nuevo receptor o fuera capaz de infectar un nuevo tipo de tejido o causar una nueva sintomatología entonces deberíamos dejar de usar el termino variante y ya empezar a hablar de cepas pero es un tema de definiciones. Por ahora queda como variante".


Frente a los discursos que buscan relacionar la vacunación con el surgimiento de variantes, Tsukayama afirma que la misma experiencia los desmienten.


Es una idea provocadora, pero no parece tener una base real. Las variantes que conocemos aparecieron antes de la introducción masiva de las vacunas. Según ese argumento uno esperaría que hubiesen aparecido en los países más vacunados y con altas tasas de infección y el mejor ejemplo de eso sería buena parte de Europa. Sin embargo no es ese el patrón que hemos observado. La vacunación es esencial. Es la mejor arma que tenemos. Si las personas no han acudido aún para la segunda dosis, este es el mejor momento para hacerlo.


Sin embargo recalcó, las vacunas son sólo una parte de las estrategias de defensa.


"Hay que dejar muy en claro que sólo con vacunación no salimos de esta. Vamos a tener que mantener el uso de mascarillas en espacios cerrados y promover mucho la ventilación. Estas medidas, que a estas alturas nos resultan un poco incómodas, son la única manera de mantener el virus controlado". 


Ya hemos visto que en regiones altamente vacunadas, si la sociedad se relaja, el virus se dispara. El caso más claro es Europa y lo mismo puede ocurrir aquí. Tenemos la ventaja de que entramos en el verano y podemos promover las actividades en exteriores pero no estoy seguro que eso nos va a salvar del todo. Así que tenemos que mantener estos cuidados por un tiempo más.




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