Variantes: Pandemia sobre Pandemia

Variante inglesa, variante brasileña, colapso UCI, COVID-19


Cuatro de las cinco variantes más preocupantes a nivel mundial han sido encontradas y confirmadas en Chile: B.1.1.7 (Inglesa o Británica); B.1.1.28 (P1 o Brasileña); B.1.429 + B.1.427 (Californiana) y B.1.525 (Nigeriana). Sólo la variante B.1.351 (Sudafricana) no ha sido identificada en nuestro territorio. Además, Chile está entre los países líderes en Sudamerica en las primeras 3 variantes.


Los virus de ARN como el coronavirus mutan con frecuencia, en cualquier momento o lugar. Si un grupo de virus comparte un conjunto de mutaciones específicas se llama variante. Entre miles de variantes sólo un puñado de ellas tienen relevancia. Son las que se clasifican como Variantes de Interés (VOI) y Variantes de Preocupación (VOC).


Variantes de Interés son aquellas en que se sospecha que tienen cambios fenotípicos (como su epidemiología o virulencia) o pueden conducir a ellos y están asociadas a transmisión comunitaria o se detectan en varios países. En esta lista se encuentran ahora las variantes B.1.429 + B.1.427 (Californiana) y B.1.525 (Nigeriana)


Variantes de Preocupación son aquellas donde están demostrados los cambios anteriores y que disminuyen la eficacia de las medidas sociales o de salud pública y de tratamientos como la vacunación. Aquí se encuentran actualmente las variantes B.1.1.7 (Británica); B.1.1.28 (P1 o Brasileña) y la B.1351 (Sudafricana)


Todas estas variantes pertenecen al linaje B.1 que fue descubierto en China al comienzo de la pandemia, cuando se determinó que incluye mutaciones que afectan al gen que codifica la proteína S, la llave de entrada a la célula huésped y la hacen más transmisible. Desde entonces se sabía de la importancia de este linaje.


Aunque la velocidad de los análisis es inferior al del contagio, hoy se estima que variante inglesa es hasta 70% más contagiosa y 64% más letal que el virus de Wuhan. En su caso la inmunidad por contagios anteriores o por vacunación puede producirse, pero con menor efectividad. Un estudio de la Universidad de Harvard en Estados Unidos sugiere que la variante británica es más transmisible, no por una carga viral mayor, sino porque es infecciosa durante más de 10 días. El artículo científico que no está aún revisado por pares, podrían significar que sean necesarias unas cuarentenas más largas que las que hoy se aplican. 


En el caso de la variante P1, diversos análisis sugieren que es hasta 2,5 veces más transmisible, más eficaz para infectar porque concentra la carga viral en la rinofaringe y responde menos a la inmunidad. Un estudio de la Universidad Estatal de Campinas de Brasil, recientemente publicado en la plataforma de Preprints de la revista The Lancet (pendiente de revisión por pares)  de estima que los anticuerpos naturales tienen 6 veces menos capacidad de neutralizar esta variante y que los anticuerpos generados por vacunación, con 2 dosis, no logran una neutralización eficaz. La vacuna probada fue CoronaVac. 


La vigilancia genómica se intensificó a niveles nunca vistos con la llegada del SARS-CoV-2. Según la OPS, al 24 de marzo  se han compartido 845.000 secuencias genómicas completas a nivel mundial. Ello se hace a través de la plataforma Global Initiative on Sharing Avian Influenza Data (GISAID) una base de datos de acceso público que, aunque tiene sesgo porque la información que recibe depende de la capacidad de secuenciación de cada país, ha permitido monitorear la evolución viral casi en tiempo real. 


Lo información expuesta sobre las variantes en Chile en el primer párrafo de este artículo corresponde a lo que muestra en este momento GISAID, datos que comparamos con el reporte de Circulación de Variantes del SARS-CoV-2, publicado por el Ministerio de Salud el 13 de marzo. 


Entre marzo y octubre de 2020, Chile ha contribuido con 963 genomas del virus, de más de 600 mil casos confirmados COVID-19. Esta vigilancia permitió confirmar por primera vez la presencia de la variante inglesa en el país, el 28 de diciembre pasado, informó el ISP.


Ello muestra que el número de una variante indica la cantidad de veces que ha sido detectada entre los PCR positivos analizados, no el número de casos activos que circula con esa variante. 


En el reporte Circulación de Variantes del SARS-CoV-2 de mediados de marzo, hasta entonces se habían detectado 38 casos de la B.1.1.7 (inglesa), encontrados en las regiones de Antofagasta, Atacama, Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana, Los Lagos y Los Ríos. a los que ahora se debe sumar 1 caso detectado hace tres días en Chillán,  Región de Ñuble.


De la  B.1.1.28 (P1, brasileña) se han confirmado genéticamente 24 casos, en las regiones de Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana, Maule y Los Lagos. A esto se debe sumar un nuevo confirmado en Concepción, el jueves 24 de marzo.


Y de las variantes de California y Nigeriana se informó de 1 caso de cada una, ambas en la Región Metropolitana.


Al explorar en GISAID se muestra el seguimiento de estas cinco variantes y su dispersión por países y continentes, con lo que se puede dar un contexto a las cifras informadas oficialmente. 


Aunque hay diferencias en algunas cifras reportadas (comparadas con las que informó el Minsal) a nivel sudamericano, Chile figura como el tercer país con más casos detectados de la variante inglesa (26) después de Aruba y Brasil (65 y 54 respectivamente). Mucho más lejos se ubican Ecuador (7), Guyana Francesa (4), Perú (3) y con un solo caso confirmado, Trinidad y Tobago y Argentina.


Al observar la variante P1 la situación se torna paradigmática. Originada en Brasil, la variante se extendió a varios, pero a no todos, los países limítrofes que tiene al norte y noroeste. Hacia el sur, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Argentina no registran ningún caso de esta variante.  


Siendo Chile una de las dos naciones sudamericanas que no comparte frontera con el gigante carioca, es la cuarta en mayor cantidad de casos confirmados de la variante P1, tras Brasil, Colombia y Perú. Descartando el país de origen de la variante, es el tercero en importarla.


A diferencia del único caso informado por el Minsal en el reporte de variantes del 13 de marzo, la B.1.429 + B.1.427 ( Californiana) aparece en GISAID con 7 registros en Chile, 6 en la Región Metropolitana y 1 en O`Higgins. Estas cifras nos ubican como el segundo país sudamericano con mayor número de casos confirmados, después de Aruba (16). Tras Chile, sólo se ubica Colombia, con 1 caso. El resto de Sudamérica no registra esta variante.


De la variante B.1.525 o Nigeriana, la red de vigilancia genómica mundial GISAID no muestra ningún caso en Sudamérica. Sin embargo en el reporte del Minsal se informó de uno.


La variante B.1351 (Sudafricana) que es la única que no ha sido identificada Chile, según la red GISAID tampoco se encuentra en el resto del continente, salvo en la isla turística de Aruba. 


Infelices y Nefastos


Al igual el virus original, las variantes llegaron en vuelos internacionales. Según la descripción de los 64 casos secuenciados en el último reporte de Circulación de Variantes del SARS-CoV-2, 53 son casos primarios y de ellos 50 arribaron por el aeropuerto Arturo Merino Benítez


La velocidad entre que son notificadas las variantes a nivel mundial y aterrizan en Chile, también vuela. La variante inglesa fue detectada en Reino Unido el 14 de diciembre y dos semanas después ya estaba confirmado el primer caso en Chile. La variante P1. se notificó en Japón el 9 de enero y el 30 de ese mes ya teníamos el primer caso secuenciado. Todo ello considerando que el análisis genético tarda aproximadamente una semana.


El 23 de noviembre de 2020 se reabrieron las fronteras. Desde el aeropuerto,  el mandatario Sebastián Piñera dijo “después de 5 meses de continua mejoría en la situación sanitaria promedio de nuestro país, queremos anunciar la primera etapa del proceso de reapertura de nuestras fronteras para los extranjeros no residentes en nuestro país” .  La decisión, se dijo,  iba a reactivar la economía y se esperaba llegada de unos 300.000 turistas.


En esos días la presidenta del Colegio Médico Izkia Siches recordó que la recomendación del Consejo Asesor Covid-19 sobre los viajes era permitir el reencuentro familiar, pero que la apertura para turistas debía postergarse, y advirtió el riesgo de relajar medidas.


A esa fecha,  tras 8 meses de pandemia, Chile registraba oficialmente 542.080 contagios acumulados. El 26 de marzo los contagios llegaron a 962.327, lo que representa un aumento del 43,7%,  pero esta vez en un período de sólo en 4 meses desde la reapertura de fronteras. 


Tres semanas después de abrir el aeropuerto se notificó mundialmente la aparición de la variante británica. Ocho días después, cuando ya se conocían los problemas que estaba causando en Inglaterra, la doctora Siches solicitó endurecer restricciones y el cierre de fronteras. 


Sin embargo el Ministerio de Salud sólo anunció la suspensión de vuelos directos entre Chile y Gran Bretaña y medidas adicionales de control para pasajeros provenientes de esa nación. El testeo general en el aeropuerto se hacía (y se mantiene) a través de Búsqueda Activa de Casos, es decir al azar para la mayoría de los pasajeros, salvo aquellos que presenten síntomas.


Justo el mismo día que comenzaron a regir estas restricciones en el aeropuerto - el 22 de diciembre -  se informó del primer caso sospechoso de la variante B.1.1.7 en Chile y en Sudamérica:  una chilena asintomática que regresó de vacaciones en Dubai y Londres, en un vuelo de Iberia procedente de Madrid el día 21 quien, luego de su arribo abordó un vuelo nacional para trasladarse a Temuco. 


Según la aerolínea, los vuelos MAD-SCL se incrementaron desde junio, hasta llegar a uno diario en diciembre en aviones Airbus A350, con capacidad para 348 pasajeros “lo que supone más de 20.000 asientos que facilitarán los viajes entre ambos países durante la Navidad”. 


Jo Jo Jo la buena salud del Negocio Navideño titulamos en esa fecha nuestro artículo sobre las extremas medidas de relajamiento que determinó el Gobierno para el comercio y reuniones de fin de año, permitiendo que lo que colapsara en Chile fueran los centros comerciales.


Coincidentemente, también el 22 de diciembre se creó un grupo de trabajo para apoyar la vigilancia genómica encabezado por el Ministerio de Ciencia. Oportunidad en que tanto el ministro Andrés Couve como el director del ISP Heriberto García restaron importancia a la variante B.1.1.7 refiriéndose a ella como una de las tantas mutaciones naturales que presenta un virus. 


Luego, como regalo navideño, llegaron las primeras vacunas y el discurso oficial de que la pandemia estaba de salida - junto al liderazgo mundial en vacunación - se impuso durante todo el verano. No había razón para detener el programa de medidas que favorecían la movilidad y contacto masivo y se continuó con el Permiso de Vacaciones, pese a que que la presidenta del Colmed pidió suspenderlo a mediados de enero.


El 30 de enero se confirma el primer caso de la variante B.1.1.28 (P1 o Brasileña) en Chile, pero según el primer reporte Circulación de Variantes del SARS-CoV-2 del Minsal, ya antes se había detectado otra variante de esta nación, la P.2. A fines de enero, el  analista Rafael González anunció en Vocería Virtual el colapso UCI a nivel nacional.  Se estaba comenzando a romper récords de toda la pandemia y la crisis se concentraba en regiones. Los aeroevacuaciones desde regiones a Santiago se convirtieron en los vuelos más frecuentes. 


A diferencia de la variante inglesa, que generó medidas inmediatas de control en el aeropuerto, hubo que esperar dos meses para que se anunciaran controles similares para la variante de Brasil, las que entrarán en vigencia el próximo 31 de marzo. El anuncio se hizo el sábado pasado, justo después de que la presidenta del Colegio Médico Izkia Siches llamara “infelices” y “nefastos” a las autoridades por su manejo de la pandemia durante una entrevista de La Cosa Nostra. 


El uso de estos términos, como explicó en el mismo programa, se debía a que la corrección institucional que había usado hasta ahora no generaba ningún cambio en las políticas del Gobierno.


Siches habló de la preocupación que existe por las variantes y especialmente sobre la brasileña.


Estamos en un territorio de incertidumbre en variantes. Estamos muy cerca a Brasil y los países Latinoamericanos no tienen mucha capacidad de testeo. Para poder hacer mil muestras mensuales en Chile nos vamos a pitear como mil millones de pesos para poder tener estas variantes identificadas. Es súper caro y no es fácil.


Esto es igual que al inicio de la pandemia, los países ni sabían que tenían coronavirus ¿y qué hicimos nosotros? cerramos para 3 países. Obvio que iba entrar. Ingresaron 570 casos importados y va a pasar lo mismo con las variantes. Lo malo es que hay un riesgo real de que alguna de estas variantes, sobre todo con un país como Brasil que tiene una pandemia desatada, tenga escape viral y eso podría ser volver a cero. Les digo hay un Sars-CoV-2 donde el Sinovac no funciona, y tendremos una pandemia sobre la pandemia”.


Para la presidenta del Colmed el riesgo de que alguna de esas variantes no responda a las vacunaciones real, y se quejó de que mientras en otros países se conversa sobre variantes y se toman restricciones a pesar de los costos en sus economías, en Chile el poder económico pesa más que la salud de la población “tenemos todas las empresas funcionando, no cumplen ningún protocolo y hay algunas empresas que están trasladando brasileños que entran a Chile como Pedro por su casa, como MAPA en Arauco de Angelini y nadie le pregunta nada”, apuntó.


Según el último informe de GEMVEP en las últimas 4 semanas hemos acumulado un aumento de los casos de un 80% en el país , y además terminamos marzo batiendo records en toda la pandemia en tasa de casos nuevos totales, tasa de casos nuevos en regiones, ocupación de camas UCI, número de pacientes en UCI y número de pacientes en Ventilación mecánica.


Si la crisis actual se debe a la combinación de alta movilidad con nuevas variantes es algo que aún está en debate entre especialistas nacionales, fundamentalmente porque no hay datos que permitan saber realmente cuan extendidas se encuentran.


Para médicos y enfermeras en cambio, la detección de variantes ha sido suficiente para ratificar lo que han venido observando en los hospitales.


Se condecía con el aumento sostenido de casos tan brusco. Pensemos que el primer caso se detectó en Chile en diciembre, entonces, no era difícil pensar que se podía empezar a diseminar a regiones. El hecho que ya esté confirmado por el ISP nos pone en un escenario mucho más complejo de aquí en adelante”, dijo esta semana la presidenta de la Asociación de Enfermeras y Enfermeros (Asenf) Ñuble, Carolina Arriagada, tras la el primer caso de variante inglesa en su región. 


Sobre lo mismo, el presidente regional del Colegio Médico, Juan Pedro Andreu, criticó: "recién a partir del jueves los viajeros van a tener que cumplir una cuarentena posterior a la llegada no importando la PCR que traigan, pero llegamos tarde porque el virus ya circula entre nosotros. La única posibilidad es que, de una vez por toda, la estrategia de testeo, trazabilidad y aislamiento sea real. Si no hacemos eso la situación va a ser compleja porque esta cepa se transmite más fácilmente que la cepa inicial".



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