Un canon a dos voces nos presenta la obra Preguntas Frecuentes, diálogo sincopado entre dos mujeres, cuyo vínculo en este confinamiento es el pasado impreciso de un accidente de tránsito y un presente de vidas dispares. Ambas, militan en el actual ejército de insomnes, con interrogantes existenciales sobre nuestras asfixiantes injusticias sociales.
En la obra on line, gestada por la consagrada actriz y escritora Nona Fernández, veremos elementos del género documental, cine, y teatro, donde las actrices Gabriela Aguilera y Claudia Cabezas, se visten con las imágenes y armonías dirigidas por Mariana Muñoz.
Una está enferma y cesante, es víctima directa de las negligentes políticas públicas para enfrentar la pandemia. Sus incertidumbres están recluidas y citan, en sueños, a un confuso bosque de recuerdos infantiles. La otra es una columnista, quien reflexiona la emergencia nacional y sus estragos, junto con el rescate de esos dolorosos recuerdos infantiles vía Zoom, con su amiga.
¿Hay permiso? ¿Cómo pasaron de ser dueñas de las calles el 18 de octubre, a solicitar la venia del tránsito, como si fueran niñas? Somos un “boletariado” abandonado por el estado y el gobierno de turno, acuerdan. ¿Quién puede “crecer espiritualmente”, durante el confinamiento, si no sabemos quién financiará el encierro?
Con el montaje, constatamos nuestro sonambulismo post 1989. El intercambio de pesares entre las mujeres, profetiza y pide un nuevo estallido social. Es un intento por detener la acción, un esfuerzo para entender qué es lo normal, en el delirio recluido de esta colonia penal en eterna cuarentena política y social.
“Dentro de la jaula hay comida/ poca, pero hay”, decía Parra. La creación de Fernández va de la jaula grande a la jaula chica. Su obra nos empuja a buscar respuestas, que no saldrán de la política partidaria, pues deben ser buscadas en la cultura y el espíritu.
Lo más probable, es que nuestras respuestas no sean agradables de escuchar. Todo viaje mitológico, inicia con dudas y culmina con más certezas.
Chile fue refundado por una revolución armada de derecha en el 73 y desde 1990 vivimos una eterna post dictadura, no hubo transición hacia la democracia. España, sí vivió una. En 1978 inició su camino con una constitución democrática, de lo contrario jamás habría sido aceptada en la UE.
No tenemos democracia real, pues estamos bajo la Constitución del 80, cuyas actas fundacionales son las de la Francia ocupada por los nazis. Tampoco, en tres décadas se construyó seguridad social, sólo un infierno de seguros de vida.
La responsabilidad no sólo es del pinochetismo, cae también sobre los actuales tipos de izquierda de nuestro país. Por suerte se han escrito bibliotecas sobre las aberraciones de esa derecha, pero muy poco sobre las falencias culposas de nuestras zurdas. Se aletargaron en la comodidad, cuando eran ellas las llamadas entregar propuestas de desarrollo a las tesis del neoliberalismo.
La izquierda neoliberal española, al menos legó entre 1980 y 1996 una seguridad social, construida progresivamente en torno al PIB. La nuestra, sólo consolidó la constitución del dictador y se dedicó al tráfico de influencias.
Existe otra, anclada en los años sesenta y a la tesis de rebelión popular fracasada en 1986. No evolucionaron sus referentes, ni pensamiento y no sintonizan con una clase media brutalmente endeudada. Están muy lejos de las escandinavas, las cuales, desde propuestas NO neoliberales, lograron resolver la cuestión social. Cuando las zurdas de la UE marchan, lo hacen para defender cinco décadas de avances, como la sindicalización automática. Acá marchar, es un ritual vintage.
La izquierda NO neoliberal hispana trabajó diez años y hoy exhibe logros, como el salario universal, en su primera participación en un gobierno.
El voto voluntario fue impuesto con la ayuda de la izquierda neoliberal y bloqueó aún más la democracia, desmovilizando a los débiles. Ahora lideran minorías violentas, como los grupos empresariales y un lumpen proletariado. Hablamos de una tercera izquierda, anarco-matona en combate urbano contra las FFEE. La cuarta es tipo piedragógica, su única propuesta para los muchachos de 12 años es vivir adoctrinados y SIEMPRE “en eterna lucha”.
¿Cómo hallar respuestas así? Para Nietzsche, existían tres estados del alma: camello, león y niño. El 18 octubre se superó al camello, el cual cargó sin cuestionar y apareció el león rebelde. Sin embargo, de éste se debe evolucionar al Niño, o no habrá ideas. Necesitamos izquierdas con ansias de resolver con altura de Estado y no con bajeza de sucursal bancaria, o nivel barricada con menores de edad, como carne de cañón. Clotario Blest jamás habría aplaudido a las barras bravas, que viven del crimen organizado.
Las izquierdas chilenas dejaron crecer a las AFP y no fomentaron el sindicalismo. Sólo estudiaron en Duke o en La Habana. Jamás se interesaron en países escandinavos, autores desde 1938 (Suecia) de modelos sociales con democracia real y fuerte seguridad social, altos estándares humanos y ambientales, desarrollo industrial, cultural y científico, modernas sindicales y administraciones públicas a salvo de la codicia de los partidos.
La respuesta de noviembre, llegó tarde. Ya somos una sociedad percolada. Sólo podemos esperar más león para Plaza Italia y más derecha. En Chile, las repuestas correctas a las preguntas frecuentes, siempre quedan “fuera de juego”.
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