Centralismo y Coronavirus: La Pandemia en Regiones

Muriel Ramírez y Gloria Icaza

Enfermos con Covid-19 de la Región Metropolitana son trasladados a hospitales regionales. Ventiladores mecánicos, de hospitales regionales, son llevados a Santiago. Cuando estas noticias llegan, es porque además del Sars-Cov-2, en las regiones circula otro virus endémico, el centralismo.


Dos referentes nacionales en sus respectivos campos, Gloria Icaza Noguera en Bioestadística y Muriel Ramírez Santana, en Epidemiología, nos hablan de una gestión de la pandemia en regiones que excluye a expertos, niega información a consultorios y rechaza educar en medidas de cuidado, aunque las estimaciones indiquen que la locomotora del Coronavirus se estrellará contra las regiones en unas cuatro semanas.


La Mesa Coja


La doctora Ramírez, integrante del directorio de la Sociedad Chilena de Epidemiología (SOCHEPI) y Directora del Magíster en Salud Pública de la Universidad Católica del Norte renunció a la Mesa Social Covid de Coquimbo acusando que las autoridades regionales no escuchan, y que las decisiones se ordenan desde la capital:


Yo creo que hay un centralismo exagerado, que siempre ha sido así, las decisiones se toman en Santiago sin conocer las realidades regionales. (En Coquimbo) tenemos mucha población flotante, temporeros en condiciones bastante miserables que viven hacinados en los lugares de trabajo agrícola y minero, población que a veces es además migrante. 


No son las mismas condiciones de lo que está viéndose en la Región Metropolitana - insiste-  tenemos mucha ruralidad, pobreza y gente además con sequía que venía desde antes, personas que están recibiendo agua por camión aljibe, que más encima con esta situación tienes que tener mayor acceso al agua para poder mantener las medidas sanitarias dentro de los hogares, y todas esas son condiciones que son locales, propias, no se ven en Santiago desde un escritorio.


A poco andar, la epidemióloga se da cuenta que la información necesaria para el análisis y diseño de estrategias tampoco fluía:


“Estuve más de dos meses en la Mesa y diría que todo el primer mes me enteraba de los casos diarios por la prensa. No nos hacían partícipes de la información, no teníamos acceso a los mapas georeferenciados que permitirían ir tomando estrategias más localizadas, tampoco esa información se la dan a la Atención Primaria de Salud (APS) y no está siendo manejada por personal técnico que podría hacer algo.


En el último mes, porque insistimos con el Colegio Médico que teníamos que tener la información, nos empezaron a mandar algunos días los informes diarios, pero en el mismo momento que salen en la prensa.


Para la epidemióloga, la denegación de información es histórica:

“Creo que es un tema netamente político, de visión política de cómo manejar las cosas. Durante el primer gobierno de (Sebastián) Piñera, te metías a la página web de epidemiología del Ministerio de Salud y estaba caída, no había acceso a datos y ahora pasa lo mismo”.


El poco interés en la Mesa Covid desde el Gobierno Regional se vio reflejado por la ausencia de la Intendenta Lucía Pinto a las últimas reuniones: 


“Dicen que por agenda no podía, o que tenía videoconferencia con Santiago o cualquier cosa (al final) eran reuniones informativas de lo que se estaba haciendo. Las orientaciones que tanto el Colegio Médico como yo, como especialista, íbamos dando, eran rechazadas”.


Como ejemplo, la epidemióloga recuerda que junto a la subdirectora del Servicio de Salud de Coquimbo revisaron algunos protocolos para rastreo de casos.


“La semana misma que yo renuncié el Servicio de Salud envió otro ordinario a los hospitales, señalando que el protocolo anterior no era válido, y se tenía que usar el de Santiago”.


Ello, explica significa que la condición de alta del paciente en este momento es después de 14 días del inicio de síntomas, pese a que la evidencia científica señala que es insuficiente: 


“Se sabe que el virus está circulando en los organismos por 14 días más, entonces se están dando de alta pacientes que creen que no son contaminantes, cuando sí lo son”.


Números en ascenso


En el caso de Gloria Icaza, Doctora en Bioestadística, ex presidenta de la Sociedad Chilena de Estadística y académica del Instituto de Matemática y Física de la Universidad de Talca, la Mesa Social Covid del Maule nunca la llamó para contar con su experiencia, que entre otras cosas abarca el desarrollo de Atlas de Mortalidad en Chile.  


“No puedo personalizar, por qué no me llamaron, pero por ejemplo esa misma queja se la leí a Sergio Muñoz, que es justamente un bioestadístico muy destacado de la Región de la Araucanía y le pasó lo mismo, él se puso a disposición y la respuesta fue lo llamaremos”, dice Icaza


Su omisión en la Mesa no la detuvo. Desde que Chile alcanzó los 100 casos confirmados de Coronavirus (16 de marzo), Gloria Icaza y la Dra. Loreto Núñez, publican un análisis diario de tendencias de la tasa de incidencia Covid-19 a nivel regional, es decir la evolución de nuevos casos confirmados, en relación a la población de cada territorio.


“Partí haciendo esto por una motivación estadística y ganas de contribuir y he ido notando la importancia de visibilizar a las regiones. Hoy me desperté con la noticia de que dos de los pacientes trasladados desde Santiago al Hospital Regional de Talca murieron, y lo que pasa es que las condiciones de la salud en regiones, se sabe, es deficitaria. La centralización en las regiones lo sentimos, lo vivimos, lo experimentamos diariamente. Hay un desconocimiento de lo que sucede, entonces lo que puede ser números diferentes respecto a la ocupación de camas en la Metropolitana, aquí es un sistema diferente”.


Icaza está preocupada. Los datos -los mismos del repositorio del Ministerio de Ciencias pero estudiados tomando en cuenta toda la serie-  hace 10 días que van al alza en casi todas las regiones que, para el análisis dividieron por nivel de riesgo: Alto, Intermedio y Medio-bajo.


“De lo que yo veo, los datos más complicados están en Tarapacá porque ha tenido un aumento sostenido y muy importante con tasas no iguales a la Región Metropolitana, pero muy altas. Entonces ahí hay que estudiar los focos, el epidemiólogo o epidemióloga de terreno debieran saber dónde están, como puede ser la minería”.


Las regiones de Tarapacá y Metropolitana presentan tasas muy altas de incidencia diaria, de hasta 400 por millón de habitantes, que las sitúa como Alto Riesgo.


En riesgo Intermedio aparecen Arica y Parinacota, Anfofagasta, Valparaíso y Magallanes. En estas regiones la tasa es de 150 por millón de habitantes diariamente. Las tres primeras con tendencias ascendentes (y sostenida en el caso de Antofagasta) y la cuarta, Magallanes entra en este grupo porque tuvo una ola importante al inicio con tasas muy altas y ahora es la única región con tendencia descendente.


Consultada específicamente por Valparaíso, región por la que se ha pedido cuarentena desde hace semanas, la científica aclara que los números no bastan para determinar cuarentenas u otra medida de contención específica, pues hay que tener en cuenta otras variables como capacidad de camas de los hospitales y uso de ventilador mecánico, por ejemplo.


Las 9 regiones restantes (de riesgo Medio-Bajo) presentan tasas de hasta 70 por millón de habitantes. Acá 4 regiones demoran varias semanas en aumentar su tasa de nuevos contagios: Atacama, Coquimbo, O’Higgins y Maule. Después de que se registra el avance Atacama se estabiliza, mientras en las otras la tendencia sigue aumentando. Las regiones del sur en cambio, Ñuble, BíoBío, Araucanía, Los Ríos y Los Lagos presentaron tasas de distinta magnitud desde las primeras semanas de la pandemia. Luego bajaron y actualmente han vuelto a ascender. Situación aparte es Aysén, donde se han reportado pocos casos.


“Que las tasas estén ascendentes en la mayoría de las regiones - dice Icaza - nos hace preguntarnos qué estamos haciendo en contención, y de lo que se está hablando, es que la Atención Primaria de Salud debiera estar actuando en todo lo que es la pesquisa y aislamiento de los casos contagiados”.


“A mi los datos me indican que hay que tomar acciones, sí o sí, ahora” porque explica, las proyecciones no son buenas:


“Es desesperante. Una ve que sube y sube sin parar.  Espero que lo que estemos viviendo sea lo peor de la pandemia pero no lo podemos saber. Por ejemplo en Ñuble se vio que bajó y ahora vuelve a subir, Magallanes también parecía que había logrado contener pero ha disminuido el descenso. Aysén que no tenía casos ya empieza a reportar 4 en la última semana. Entonces la preocupación es cómo vamos a lograr contener, yo espero que estén actuando para que no se desborde, ahí los alcaldes tienen una labor trabajando con sus equipos en terreno.


Icaza también realiza otro estudio basado en la fecha de inicio de síntomas que se reportan “aquí los datos reflejan los tres períodos que hemos vivido: el inicial con contagios ascendentes fuertísimos, exponencial por donde se mire, luego un enlentecimiento en la curva que se tomó como planicie, pero seguía aumentando pero más lento - nunca fue meseta - y el tercero donde estamos ahora, que volvimos al crecimiento exponencial”. 


Consultada si estos análisis son considerados por la autoridad, Icaza contesta con desaliento “no, no, mira, he sentido que las puertas están muy cerradas. Hay una sensación en la comunidad científica de que nos cerraron las puertas. Yo he trabajado con el Ministerio (de Salud) por muchos años y estaba acostumbrada a la que se podía hacer equipo muy rápidamente, por ejemplo yo hice equipo con la Dra. Ximena Aguilera en su tiempo para hacer justamente los Atlas de Mortalidad”.


Incomunicados 


Las medidas de contención fueron una preocupación central de Muriel Ramírez mientras participó en la Mesa Social Covid de Coquimbo. Logró que se establecieran cordones sanitarios, pero la cuarentena y la educación o comunicación de crisis fueron rechazadas.


“En ese momento los datos que manejaba eran que el índice de transmisibilidad efectivo de Coquimbo era cercano a 2 (cada infectado contagia a 2 personas más) eso fue hace 2 semanas atrás y hoy vemos que tenemos más de 70 casos nuevos diarios”.


“Yo dije que si la autoridad no quería hacer cuarentena, lo que tenía que hacer era tomar otras medidas de distanciamiento para evitar aglomeraciones y hacer educación, que es algo que recomendamos desde el inicio con el Colegio Médico y que no se ha hecho, porque dijeron que no tenían presupuesto para hacer mensajes educativos”.


Por la descripción de la doctora, en el Norte Verde se vive plenamente la nueva normalidad: “en este momento se ve que anda gente sin mascarilla por la calle y paseando por la Avenida del Mar, a padres con niños en el supermercado, cero conciencia, como que nada pasara (dice con tristeza) y además se autoriza a locales de Mall para que abran”. 


“Yo hago educación cada vez que me entrevistan por la radio y en radios comunitarias con mensajes que paga una fundación. Internos de diferentes carreras de la salud, han elaborando cápsulas educativas que estamos difundiendo, y bueno haciendo lo que se puede”.


Consultada por el rol de los alcaldes, que aunque no puedan decretar cuarentenas podrían realizar comunicación de crisis y fortalecer la Atención Primaria de Salud (APS) en sus comunas, Muriel Ramírez es clara, no los dejan:


A la Salud Primaria no la dejan actuar. En todos los manejos anteriores había jugado un rol fundamental y ahora no los dejan. Los que están haciendo la contención el seguimiento de casos o de contactos, indicar cuando es necesario o no hacer las visitas domiciliarias y cuándo es necesario aislar a alguien en una residencia sanitaria por ejemplo, son los equipos de terreno de la Seremi de Salud, que son 3 ó 4 personas que se van rotando y obviamente no tienen la capacidad de hacer lo que hay que hacer y la información de todo esto tampoco la están compartiendo con la Atención Primaria.


La APS que atiende directamente a las comunidades y podría ser el nexo con las municipalidades para distribuir ayuda a familias en cuarentena por ejemplo, estaría siendo desplazada en varios niveles: 


“Me consta, porque estoy en comunicación permanente con mis ex alumnos que me llaman y me mandan mensajes que están en Monte Patria, Salamanca, Combarbalá y ellos me dicen: llegó el equipo de la Seremi fueron a buscar un caso que salió positivo, que estaba trabajando en una agrícola y era un migrante que vivía con 12 ó 15 personas más en una casa y al final se los llevaron a todos a residencias sanitarias y a nosotros no nos dijeron nada.


Tampoco les han dado orientaciones desde las direcciones de los Servicios de Salud para poder mantener la atención de pacientes crónicos, la dispensación de medicamentos para los pacientes diabéticos, hipertensos, etc. No les han dado ninguna orientación, ex alumnos míos que son directores de Centros de Salud o de Departamentos de Salud rurales me llaman y me preguntan ¿doctora qué hago? deme alguna idea, estoy haciendo esto qué le parece. No hay protocolos, cada uno se rasga con sus propias uñas”.


Ante la consulta si todo esto se ha llevado a la Mesa Covid es enfática


No se ha tocado el tema! las veces que con el Colegio Médico quisimos entrar en eso nos dicen: no, nosotros no compartimos información con la Atención Primaria y eso nuevamente es una orientación que tienen en todo el país. 


Atrasos y Plazos 


Todo lo que se haga, o no se haga ahora, coinciden las expertas, se verá reflejado en dos semanas más.  Entre ello, si hoy estamos entrando al colapso de los sistemas sanitarios, lo que viene es el aumento de la sobremortalidad.


“Así va a ser. Yo entiendo que el DEIS, el departamento de estadística del Ministerio, valida las muertes, los diagnósticos y todos los fallecimientos y eso tiene un retraso bastante largo, de más de un año o sea en el fondo vamos a saber lo que realmente pasó en más de un año”, dice Ramírez.


Sobre los datos de sobremortalidad que han estado circulando en prensa, la bioestadística Gloria Icaza explica “el Registro Civil no es el organismo vocero de la mortalidad. Hay un convenio tripartito entre el Registro Civil, el INE y el Ministerio de Salud y éste, a través del DEIS, maneja el proceso de validación”.


“Me consta, porque en todos los países ha pasado, de que va a haber sobremortalidad, eso sí o sí  y no esperaría que fuéramos distintos en eso. Siempre ha habido problemas con la certificación médica, porque no es 100% exacta, por varias razones. Sabemos que muchos médicos ponen paro cardiorrespiratorio por ejemplo y esos códigos no sirven porque no son causas de muerte”, dice.


Muriel Ramírez tiene sus propios cálculos: las muertes serían más del doble de lo informado y la letalidad debiera estar cerca del 3%.


“Lo que están informando son solamente PCR positivos. Entonces ¿cuántos se quedan fuera?, primero que los diagnósticos están atrasados hasta en una semana en Santiago, para las PCR de Fonasa estamos hablando, y luego no todos llegan a hacerse el examen”.


Respecto a la letalidad que se ha insistido oficialmente es una de las más bajas del mundo (1%) la epidemióloga explica:


“Al principio pudo haber sido así, porque estábamos hablando de personas de nivel socio económico alto y jóvenes, pero ahora no creo. Debe andar por el 3% que es lo que se ha visto en otros países. Ahora eso depende de los fallecimientos que se están reportando, que son los que tienen el PCR positivo y entonces todo va a depender de la posibilidad que tuvo la persona de haberse hecho el examen o no.


Otro plazo que parece evidente para las académicas es que las regiones alcanzarán el punto que hoy se vive en la capital.


“Por la densidad poblacional esta locomotora ahora es la Región Metropolitana, pero claro que viene (a regiones). Sin cuarentenas hay que volver a que los alcaldes se abran a escuchar a los expertos y hagan lo que hay que hacer. Esto nos toca a todos,  creo que cualquiera en su círculo cercano tienen a alguien enfermo o que se ha muerto y cuando empieza a pasar eso esperaría que nadie sea indolente. 


La acción no ha dado el resultado esperado no debiéramos haber llegado a este punto. No es una la variable que falló, aquí es un sistema que no ha dado resultado”, dice la Bioestadística Gloria Icaza.


Para Muriel Ramírez, las regiones tienen una ventaja de “4 semanas más o menos” frente a la Región Metropolitana. Pero, tanto las decisiones que se tomen como las condiciones propias de los territorios la hacen creer que el impacto de la pandemia puede ser mayor que en la Metropolitana.


“Lo que estamos viendo es que es fundamental cerrar la llave de los casos nuevos del contagio y para eso hay que hacer test, trazar los casos, los contactos y aislar. Pero si la Seremi de Salud tiene una orden de no compartir ahí estamos fritos. Si no comparten la información para poder hacer la trazabilidad de casos y contactos y poder contener, aislar, usar las residencias sanitarias, etc., estamos amarrados”


De las condiciones sanitarias en regiones dice que “una cosa es el ventilador y otra es el equipo que maneja eso obviamente en regiones no tenemos la posibilidad de contratar o de encontrar especialistas para poder manejar una cama crítica. (…) Hay que tomar en consideración que en Región Metropolitana vive el 40% de la población y tienen el 60% de las camas críticas. Para el 60% que vive en regiones, queda el 40% de las camas críticas.


Súmele la ruralidad. Esas personas tienen que llegar a la ciudad para tratarse y no va a haber ambulancia que resista si llega esto a comunas rurales ¿cómo? ni un súper SAMU podría hacerlo!  Por lo menos acá en Coquimbo los cordones sanitarios siguen hacia las comunas rurales, eso es fundamental, mantener aisladas a las comunas rurales que no tienen casos. Eso fue idea mía y por lo menos ha continuado. En otras comunas rurales lo que habría que hacer es un aislamiento inmediato y precoz de los casos con cuarentenas familiares, en el momento en que aparezca el primer caso”.


Muriel Ramírez no baja los brazos, además de hacer educación en cualquier medio que la invite, está participando con la SOCHEPI en un curso en línea que darán en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, para formar personas que puedan hacer el seguimiento de contactos en terreno “pensando en que en algún momento puede haber una apertura y tengamos la gente ya formada”.


Publicación original en La Voz de los que Sobran

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